Logo Objetivo PL

El aspecto no socializado de la naturaleza humana es:

Socialización

Facetas de la personalidad de Sigmund Freud

Sigmund Freud, médico austriaco y creador del psicoanálisis, buscó una explicación a la forma de operar de la mente o personalidad, que dividió en tres partes.

  • El id o ello. Es la parte de la personalidad no influenciada por la socialización. Representa los impulsos biológicos más instintivos, lo que “se desea hacer”. El “id” busca el placer y la satisfacción de las necesidades más instintivas. El predominio en una persona de este componente la hace egoísta. En un principio, el niño es todo “id, Es la parte oculta de la personalidad, siendo la primera manifestación de la mente humana, es decir, el estado mental del recién nacido. En esta división o parte no son válidas las leyes lógicas del pensamiento consciente, pues el ello solo busca la satisfacción de los impulsos orgánicos, no hallándose aquí noción del tiempo y no hay opción de lo que está bien o mal. Es una “máquina de crear impulsos para su ego.” En esta parte se encuentran todos los datos almacenados desde que hemos nacido hasta incluso algunos recuerdos del vientre materno y del momento del parto, momento bastante determinante en el desarrollo posterior del niño o futuro adulto. En esta división de la mente al no haber noción del bien y el mal, no se encuentran conflictos, lo único que hay aquí son impulsos y gran cantidad de información, y es donde se comienzan a formar nuestros pensamientos, que son en su momento inicial tan solo impulsos para satisfacer una necesidad orgánica.
  • El ego o yo. Es la instancia en la que se inscribe la consciencia y representa la realidad o incluso la razón. Es lo que está en contacto con la realidad, siendo la parte consciente del ello o una parte más exterior o bien la que se ha modificado por estar en contacto con la realidad. Es así por ejemplo que si nos encontramos en un supermercado y nuestro cuerpo pide renovar energías, el ello lo notará y comenzará a mandar impulsos para comer, porque sabe que estamos rodeados de comida. El yo y el superyó al encontrarse en contacto con la realidad, saben que si no pagamos el producto en cuestión, no lo podemos comer, porque está prohibido. El yo envía continuamente información al ello como tratando de hacerle entender la realidad, dominando por otro lado la descarga de impulsos que envía el ello. El ego es el mediador entre el superego y el id, es decir, en todo momento el que busca el equilibrio entre lo que la sociedad demanda que se haga y el impulso biológico del id.
  • El superego o súperyo. Son las normas culturales interiorizadas, la conciencia social, lo que el individuo ha asimilado e interiorizado en el proceso de socialización, particularmente en la etapa de niño-joven. Se adquiere mediante un proceso de identificación con lo que representan los padres. Es la carga social, el deber, las normas. Su prevalencia ante los otros dos componentes determinaría una persona rígida, compulsiva, extremadamente obsesiva con el deber. Se podría decir que es la conciencia moral. Es la parte que contrarresta al ello, representando los pensamientos morales y éticos, es decir, la conciencia social. Es la parte ética y moral que ha sido creada en el hombre y que se forma por las enseñanzas de nuestros padres o cuidadores y por las creencias religiosas que nos frenan. Si volvemos al ejemplo anterior, una persona que no tenga desarrollado el súper yo, como sabe que no se puede comer el producto sin haberlo pagado antes, se escondería para hacerlo sin ser visto. Sin embargo si hay un mayor desarrollo ético del súper yo, dicha persona sabría que podría comer sin pagar, pero no lo hace porque sabe que está mal.

De acuerdo con la teoría de Freud una persona se considera normal si su “yo” prevalece sobre el “superyo” y sobre el “ello”, aunque este concepto es relativo pues dependerá de la cultura.

Las teorías psicoanalíticas se refieren primordialmente, al desarrollo emocional del niño, pero han puesto poca atención en los aspectos cognoscitivos, perceptibles, lingüísticos, o del desarrollo comportamental del niño.

Freud llamó psicosexuales a sus etapas de desarrollo debido a que les asigna un papel preponderante a los instintos sexuales el la formación y desarrollo de la sexualidad, para él el mejor camino para entender el significado de la sexualidad, particularmente en la infancia y en la niñez, es compararla con cualquier placer sensual.

El desarrollo de la personalidad consiste en el desenvolvimiento o despliegue de los instintos sexuales. Al principios esos instintos están desplegados pero gradualmente se integran y centran en el acto sexual maduro, con base en las zonas del cuerpo que se vuelven focos de placer sexual Freud definió sus cinco etapas: oral, anal, fálica, período de latencia (sin desarrollo psicosexual) y genital.

El primer año y medio es la etapa oral, de los 18 meses a los tres años aproximadamente es la etapa anal, de los tres a los cinco-seis años es la etapa fálica; de los seis a los 12 años es el período de latencia. Por último, en la pubertad el niño alcanza la etapa genital que continua hasta la edad adulta.

El psicoanálisis freudiano distingue cinco etapas en el desarrollo humano:

  • Etapa oral (del nacimiento a los 12 o 18 meses). La principal fuente del placer del bebé se orienta hacia las actividades de la boca, como chupar y comer.
  • Etapa anal (de los 12 o 18 meses a los 3 años). La retención y expulsión de sus heces produce placer en el niño. La zona de gratificación es la región anal.
  • Etapa fálica (de los 3 a los 6 años). Es la época del “romance familiar”, el complejo de Edipo en los niños y el de Electra en las niñas. La zona de gratificación se desplaza hacia la región genital.
  • Periodo de latencia. (de los 6 años a la pubertad). Es la transición hacia otras etapas más difíciles. Los jóvenes comienzan a adoptar los roles de género y desarrollan superego. Pueden socializarse, desarrollan habilidades y aprenden acerca de ellos mismos y de la sociedad.
  • Etapa genital. (adolescencia y edad adulta). Los cambios fisiológicos de la pubertad realimentan la líbido, energía que estimula la sexualidad. Relaciones heterosexuales y exogámicas. Es la última etapa antes de entrar en la edad adulta.
error: