La Corona es, de acuerdo con la Constitución, un órgano del Estado, concretamente el órgano de la Jefatura del Estado, al que se atribuyen las funciones y prerrogativas que corresponden constitucionalmente a la monarquía. La titularidad de la Corona corresponde al Rey, como Jefe del Estado. La Corona aparece desvinculada de cualquier otro órgano, poder o función del Estado, incluso del Gobierno como órgano de la función ejecutiva al que se ligaba históricamente. Recuérdese que en las Constituciones del siglo XIX el Rey era, al menos formalmente, el titular del poder ejecutivo, poder que actualmente corresponde al Gobierno, órgano diferenciado de aquél.